miércoles, abril 25, 2007

Sobre quimicos y aceros

A raiz de un post sobre la rotura de un quimico han puesto unos posts muy interesantes en vía clasica.


Pecio:
"Leyendo el hilo al que hace referencia la intervención de Elmaestro se saca la impresión de que algunos no tienen muy claras las ideas sobre estos asuntos, y si hablamos de aperturistas, equipadores o reequipadores el tema es especialmente preocupante. Sobre la chapuza consistente en dejar fuera parte del vástago del anclaje o hacer una mala aplicación de la resina (por racanearla, por usarla cuando está pasada de fecha, o por mezclarla mal) no voy a decir nada porque esto es evidente para todo el mundo y se ha explicado hasta la náusea. Pero hay más cosas que quizá no se conozcan tanto y que no dejan de tener su importancia. El mal llamado acero inoxidable es, sin lugar a dudas, el mejor material disponible para este tipo de anclajes, pero conviene tener presentes un par de cosas cuando se utiliza. La primera es que de ninguna manera es un material inoxidable. Sin meternos en más honduras que las precisas para orientarnos en el tema que nos interesa, conviene saber que el (insisto, mal llamado) acero inoxidable es una aleación ferrosa de, principalmente, cromo y hierro. Las propiedades de resistencia a la corrosión del inox se deben precisamente a la película de óxido de cromo que se forma sobre el metal de base, un proceso conocido como pasivación. Esto quiere decir que el metal en sí no es inatacable por la corrosión. De hecho lo es, y de formas especialmente destructivas y peligrosas. Lo que ocurre es que la pátina de óxido de cromo que se forma en su superficie es sumamente tenaz y, mientras esté presente, protege con eficacia al metal que recubre. Además, tiene la particularidad de que se regenera rápidamente cuando se daña de alguna forma (erosiones por golpes o fricciones, etc)… siempre que tenga un aporte de oxígeno suficiente. De no ser así, el metal de base empieza a sufrir un proceso de corrosión insidioso (muchas veces es inapreciable a simple vista, porque lo normal es que se desarrolle en profundidad y no en superficie) que puede ser enormemente rápido dependiendo de factores como la temperatura, la salinidad o la acidez del ambiente. Como bien dice Tino, faltan muchos datos para saber si en el caso al que hace referencia este hilo las cosas se han desarrollado como en otras ocasiones parecidas, pero lo que sí me parece claro es que tenemos todas las notas para una partitura macabra que se ha tocado demasiadas veces: un anclaje que baila (erosiones en superficie), una atmósfera pobre en oxígeno (la cavidad húmeda en la que mal se aloja el vástago) y cargas repetidas. Basta con que se inicie una pequeña “picadura” de corrosión para que las fuerzas de cizalladura se concentren en ella y la estructura de base, el vástago, ceda sin el menor aviso. De todas formas, en este caso ni siquiera hacía falta que se iniciara un hoyo o fisura por corrosión (si es que se inició). Si la longitud de varilla que quedó fuera de la tapia es la que sugiere del punto de rotura, la palanca se basta y se sobra por sí solita para cizallar el anclaje. Por lo demás, viendo la foto yo descartaría en principio otras mil cosas que pueden afectar al acero inox, como la corrosión intergranular y/o endurecimiento y fragilización por una soldadura inadecuada, factores todos ellos que nunca hay que perder de vista en este peliagudo tema. Reconozco que soy bastante gallina, pero al oír hablar de esas varillas caseras (incluso bien instaladas) me entran sudores fríos. El acero inoxidable es un material excelente y que cumple con creces las exigencias de los anclajes de escalada, pero al mismo tiempo tiene un manejo delicado y es de lo más inadecuado experimentar con él sin saber lo que se está haciendo.
Perdonad esta tirada que me ha salido, pero hablamos de un asunto que puede dar más de un disgusto."

Kaesar: "Muy interesante la explicación de los aceros. Como veo que hay especialistas sobre materiales aquí quizá podrías explicarnos lo de la corrosión galvánica, porque hay gente que no lo tiene muy claro y mezcla inox con galvanizado."

Pecio: "Kaesar, interesante observación. No recuerdo haber visto nunca la virguería de la que hablas, y espero no tener que hacerlo, pero un equipador no debería ignorar estas cosas. Si se ponen en contacto metales de composición diferente a través de un medio electrolítico (para lo que ni siquiera tienen que estar en inmersión, basta una película de humedad) sólo hay que sentarse y esperar a que el más "noble" (el que ocupa el lugar más alto en la escala galvánica) se zampe al más "innoble" (el de grado más bajo). Echando un vistazo a la tabla galvánica, cualquiera puede ver la diferencia de potencial entre el acero común (zincado o no) y los tipos de inox más comunes en estos usos, el 316 o el 304. Si encima hablamos de un medio de salinidad elevada (vías en acantilados costeros, aunque no sólo), estamos aliñando una ensalada verdaderamente interesante. Todo esto puede parecer complicado, y en detalle lo es, pero el resumen es muy sencillo: ojo a poner en contacto de forma permanente metales distintos en un medio acuoso o en una atmósfera húmeda."

Tino: "Pecio, tas que te sales, enhorabuena, sigue. En escalada lo normal es usar un acero inox corrientito tipo 18.8 o incluso con menos cromo. Sólo hay unas pocas marcas que se dignen a trabajar con 18.10.2, pero... de todas formas incluso con el inox más malucho en laboratorio no hemos roto na por debajo de los 80 kg/mm cuadrado. Vamos, varilla roscada del 8 a cortante:1.850 kg, varilla roscada del 10 a cortante: 3.000 kg. Valores idénticos a aceros al carbono calidad 8.8 o tipo F115. A ver si esta noche escribo alguna tontuna de esas más y Kaesar, tron, con lo que tú sabes de aluminio y de escaladoras (foto navegantil en el Peñón) podrías contarnos algo más, tron. Que yo sé que en el yanqui hay tensores de titanio pa vencer la corrosión marina y las atmósferas ácidas periurbanas..."

Pecio: "Por supuesto que sí, Tino. El inox, incluso en grados bajos, es el material de elección para anclajes de escalada. No hacen falta contenidos altos de cromo, que además encarecen muchísimo el material; el ambiente de montaña no es tan agresivo (químicamente) como pudiera parecer. Mis comentarios sólo se referían a los efectos sobre el material de instalaciones defectuosas o de manipulaciones "caseras". Lo que hace al inox particularmente peligroso en estos casos es que se trata de un metal que rara vez "avisa" de su degradación. Una pieza en apariencia intacta puede estar estructuralmente tan debilitada como para partirla con la mano. De pegues mejor no hablamos.


Tino: "En Francia hay unos fieras del COSIROC (una especie de Comité de Equipamientos de prestigio mundial) que dice que el acero inoxidable no informa a simple vista de posibles problemas de fatiga interna y que como su aspecto tras décadas sigue siendo bueno nadie se animará a cambiar parabolts que hayan erosionado y agotado internamrente la roca; de ahí viene su sugerencia de usar galvanizados de calidad (tipo HSF de Hilti con 45 micrometros en vez de los 5 habituales) para alcanzar longevidades de 3 a 5 décadas y que "informen" por su lenta corrosión exterior."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues nada, que parece que el tema no interesa Icoba, sólo mola saberse el grado y tal. Insistiremos. Un saludo. Tino